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Cuadra PANADERA y Fogonera. APORTAMOS A NUESTRAS CULTURAS Nativas. Almirante Brown Ciudad Burzaco. Pcia de Bs As. Argentina
Con permiso via a dentraraunque no soy convidao,pero en mi pago, un asaono es de naides y es de todos.Yo via cantar a mi mododespués que haiga churrasquiao.
No tengo Dios pa pedircuartiada en esta ocasión,ni puedo pedir perdónsi entuavía no hei faltao;veré cuando haiga acabao;pero ésa es otra cuestión.
Yo sé que muchos diránque peco de atrevimientosi largo mi pensamientopal rumbo que ya elegí,pero siempre hei sido ansi;galopiador contra el viento.
Eso lo llevo en la sangredende mi tatarabuelo.Gente de pata en el suelofueron mis antepasaos;criollos de cuatro provinciasy con indios misturaos.
Mi agüelo fue carretero,mi tata fue domador;nunca se buscó dotorpues se curaban con yuyos,o escuchando los murmullosde un estilo de mi flor.
Como buen rancho paisanonunca faltó una encordada,de ésas que parecen nadapero que son sonadoras.Según el canto y la horaquedaba el alma sobada.
Mi tata era sabedorpor lo mucho que ha rodao.
Y después que había cantaodestemplaba cuarta y prima,y le echaba un poncho encima"pa que no hable demasiado..."La sangre tiene razonesque hacen engordar las venas.
Pena sobre pena y penahacen que uno pegue el grito.
La arena es un puñaditopero hay montañas de arenaNo sé si mi canto es lindoo si saldrá medio triste;nunca fui zorzal, ni existeplumaje más ordinario.
Yo soy pájaro corsarioque no conoce alpiste.Vuelo porque no me arrastro,que el arrastrarse es la ruina;anido en árbol de espinalo mesmo que en cordillerassin escuchar las zoncerasdel que vuela a lo gallina.No me arrimo así nomása los jardines floridos.
Sin querer vivo alvertidopa' no pisar el palito.Hay pájaros que solitosse entrampan por presumidos.Aunque mucho he padecidono me engrilla la prudencia.Es una falsa experienciavivir temblándole a todo.Cada cual tiene su modo;la rebelión es mi cencia.
Pobre nací y pobre vivopor eso soy delicao.Estoy con los de mi laocinchando tuitos parejospa' hacer nuevo lo que es viejoy verlo al mundo cambiao.Yo soy de los del montón,no soy flor de invernadero.Soy como el trébol pampero,crezco sin hacer barullo.
Me apreto contra los yuyosy así lo aguanto al pampero.Acostumbrao a las sierrasyo nunca me sé marear,y si me siento alabarme voy yendo despacito.
Pero aquel que es compadritopaga pa' hacerse nombrar.
Si alguien me dice señor,agradezco el homenaje;mas, soy gaucho entre gauchajey soy nada entre los sabios.Y son pa' mi los agraviosque le hagan al paisanaje.
La vanidá es yuyo maloque envenena toda la huerta.
Es preciso estar alertamanejando el azadón,pero no falta el varónque la riegue hasta en su puerta.
El trabajo es cosa buena,es lo mejor da la vida;pero la vida es perdidatrabajando en campo ajeno.Unos trabajan de truenoy es para otros la llovida.
Trabajé en una canterade piedritas de afilar.Cuarenta sabían pagarpor cada piedra polida,y era a seis pesos vendidaen eso del negociar.
Apenas el sol salíaya estaba a los martillazos,y entre dos a los abrazoscon los tamaños piegrones,y por esos moldejoneslas manos hechas pedazos.
Otra vez fui panaderoy hachero en un quebrachal;he cargao bloques de saly también he pelao cañas,y un puñado de otras hazañaspa' mi bien o pa' mi mal.
Buscando de desasnarmefui pinche de escribanía;la letra chiquita hacíapa' no malgastar sellao,y era también apretaoel sueldo que recibía.Cansao de tantas miseriasme largué pal Tucumán.Lapacho, aliso, arrayán,y hacha con los algarrobos.
¡Por dos cincuenta! Era robopa' que uno tenga ese afán.Sin estar fijo en un laoa toda labor le hacía,y ansí sucedió que un díaque andaba de benteveome topé con un arreoque dende Salta venía.Me picó ganas de andary apalabré al capataz,y ansí, de golpe nomásel hombre me preguntó:¿Tiene mula? Cómo nole dije . Y hambre, de más.
A la semana de aquellorepechaba cordilleras,faldas, cuestas y laderassiempre pal lao del poniente,bebiendo agua de virtientey aguantando las soleras.
Tal vez otro habrá rodaotanto como he rodao yo,y le juro, creameló,que he visto tanta pobreza,que yo pensé con tristeza:Dios por aquí no pasó.
Se nos despeñó una vacacausa de la cerrazón,y nos pilló la oracióncueriando y haciendo asao;dende ese día, cuñaose me gastó mi facón.
Me sacudí las escarchascuando bajé de los Andes,y anduve en estancias grandescuidando unos parejeros;trompeta, tapa y sombrero,pero pa' los peones, de ande.
La peonada, al descampao,el patrón, en Güenos Aires.Nosotros, el cuello al airecon las caronas mojadas,y la hacienda de invernadamás relumbrosa que un fraile.
El estanciero teníatambién sus cañaverales,y en los tiempos otoñalesjuntábamos los andrajos,y no íbamos p'abajodejando los pedregales.
Allí nos amontonabanen lote con otros criollos,cada cual buscaba un hoyoande quinchar su guarida,y pasábamos la vidarigoriaos y sin apoyo.Faltar, no faltaba nada:vino, café y alpargatas.Si habré revoliao las patasen gatos y chacareras.
Recién la cosa era fieraal ir a cobrar las latas.¡Qué vida más despareja!Todo es ruindad y patraña;Pelar caña es hazañadel que nació pal rigor.
Allí había un solo dulzory estaba adentro e'la caña.
Era un consuelo pal pobreandar jediendo a vinacho.
Hombres grandes y muchachoscomo malditos en vida,esclavos de la bebidase lo pasaban borrachos.¡Tristes domingos del surcolos que yo he visto y vivido!
Desparramaos y dormidosen la arena amanecían,a lo mejor soñaríancon la muerte o el olvido...Riojanos y santiagüeños,salteños y tucumanos,con el machete en la manovolteaban cañas maduras,pasando sus amargurasy aguantando como hermanos.
¡Rancho techao con maloja,vivienda del peleador!En medio de ese rigorno faltaba una vihuela,con que el pobre se consuelacantando coplas de amor.
Yo también, que desde changounido al canto crecí,más de un barato pedíy pa'los piones cantaba.¡Lo que a ellos les pasabatambién me pasaba a mí!Cuando yo aprendí a cantararmaba con pocos rollos.
Y en la orilla de un arroyobajo las ramas de un sauce,crecí mirando en el caucemis sueños de pobre criollo.Cuando sentí una alegría;cuando el dolor me golpió;cuando una duda mordiómi corazón de paisano,desde el fondo de los llanosvino un canto y me curó...En esos tiempos pasabancosas que ya no pasan.
Cada cual tenía un cantaro copla de anochecida.Formas de curar la heridaque sangra en el trajinar.Algunos cantaban bien.Otros, pobres, más o menos...Mas no eran cantos ajenos,aunque marca no tenían.
Y todos se entreteníanguitarreando hasta el desvelo.Por ahí se allegaba un maistro,de esos puebleros letraos;juntaba tropa y versiaosque iban después a un libraco,y el hombre forraba el sacocon lo que otros han pensao.Los peones formaban versoscon sus antiguos dolores.Después vienen los señorescon un cuaderno en la mano,copian el canto paisanoy presumen de escritores.
El criollo cuida su flete,su guitarra y su mujer;siente que enfrenta un debercada vez que da la mano;y aunque pa'todo es baquianosólo el canto ha de perder.
¡Coplas que lo acompañaronen las quebradas desiertas,aromas de flores muertasy de patriadas vividas,fueron la luz encendidapara sus noches despiertas!...Se aflije si se le pierdeun bozal, un maneador,pero no siente furorsi al escucharle una trova,viene un pueblero y le robasu mejor canto de amor.
De seguro, si uno piensa,le halla el nudo a la madeja,porque la copla más vieja,como la raíz de la vida,tiene el alma por guarida,que es ande anidan las quejas.
Por eso el hombre al cantarcon emoción verdadera,echa su pena p'ajuerapa que la lleven los vientos,y ansí, siquiera un momentose alivia su embichadera.
No es que no ame a su trovani que desprecie su canto.Es como cuando un quebrantoen la noche de los llanoshace aflojar al paisanoy el viento le lleva el llanto.
En asuntos del cantar,la vida nos va enseñandoque sólo se va volandola copla que es livianita.Siempre caza palomitascualquiera que anda cazando...Pero si el canto es protestacontra la ley del patrón,se arrastra de peón a peónen un profundo murmuyo,y marcha al ras de los yuyoscomo chasque en un malón.
Se pueden perder mil trovasande se canten quereres,versos de dichas, placeres,carreras y diversiones;suspiros de corazonesy líricos padeceres.
Pero si la copla cuentadel paisanaje la historia,ande el peón vueltea la noriade las miserias sufridas,ésa, se queda prendidacomo abrojo en la memoria!
Lo que nos hizo dichosostal vez se pueda olvidar;los años en su pasarmudarán los pensamientos.
Pero angustias y tormentosson marcas que han de durar...Estas cosas que yo piensono salen por ocurrencia.Para formar mi esperenciayo masco antes de tragar.
Ha sido largo el rodarde ande saqué la alvertencia.Si uno pulsa la guitarrapa cantar coplas de amor,de potros, de domador,de la sierra y las estrellas,dicen : ¡Qué cosa más bella!¡Si canta que es un primor!Pero si uno, como Fierro,por ahíi se larga opinando,el pobre se va acercandocon las orejas alertas,y el rico vicha la puertay se aleja reculando.
Debe trazar bien su melgaquien se tenga por cantor,porque sólo el impostorse acomoda en toda huella.Que elija una sola estrellaquien quiera ser sembrador...En el trance de elegirque mire el hombre p'adentro,ande se hacen los encuentrosde pensares y sentires.Después que tire ande tire,con la concencia por centro.Hay diferentes montones,unos grandes, y otros chicos.
Si va pal montón del ricoel pobre que piensa poco,detrás de los equivocosse vienen los perjudicos.Yo vengo de muy abajo,y muy arriba no estoy.
Al pobre mi canto doyy así lo paso contento,porque estoy en mi elementoy ahí valgo por lo que soy.Si alguna vuelta he cantaoante panzudos patrones,he picaneao las razonesprofundas del pobrerío.Yo no traiciono a los míospor palmas ni patacones.
Aunque canto en todo rumbotengo un rumbo preferido.Siempre canté estremecidolas penas del paisanaje,la explotación y el ultrajede mis hermanos queridos.Pa que cambiaran las cosasbusqué rumbo y me perdí;al tiempo, cuenta me díy agarré por buen camino.
¡Antes que nada, argentino;y a mi bandera seguí...!Yo soy del norte y del sur,del llano y del litoral;y naide lo tome a malsi hay mil gramos en el kilo.
Ande quiera estoy tranquillopero ensillao, soy bagual.El cantor debe ser librepa desarrollar su cencia.Sin buscar la convenenciani alistarse con padrinos.
De esos oscuros caminosyo ya tengo la experiencia.
Yo canto, por ser antiguoscantos que ya son eternos;y hasta parecen modernospor lo que en ellos vichamos.Con el canto nos tapamospara entibiar los inviernos...Y no canto a los tiranosni por orden del patrón.El pillo y el trapalónque se arreglen por su ladocon payadores compradosy cantores de salón.
Por la fuerza de mi cantoconozco celda y penal.Con fiereza sin igualmás de una vez fui golpiao,y al calabozo tiraocomo tarro al basural.Se puede matar a un hombre.Pueden su rostro manchar,su guitarra chamuscar.¡Pero el ideal de la vida,esa es leñita prendidaque naide ha de apagar!Los malos se van alzandotodo lo que hallan por ahí;como granitos de maízsiembran los peores ejemplos,y se viene bajo el templode la decencia del país.
Detrás del ruido del orovan los maulas como hacienda;no hay flojo que no se vendapor una sucia moneda;mas, siempre en mi tierra quedagauchaje que la defienda.
Cantor que cante a los pobresni muerto se ha de callar.Pues ande vaya a pararel canto de ese cristiano,no ha de faltar el paisanoque lo haga resucitar.El estanciero presumede gauchismo y arrogancia.El cree que es extravaganciaque su peón viva mejor.
Mas, no sabe ese señorque por su peón tiene estancia.Aquel que tenga sus realeshace muy bien en cuidarlos;pero si quiere aumentarlosque a la ley no se haga el sordo.Que en todo puchero gordolos choclos se vuelven marlos.
Una vuelta, sin trabajo,andaba por Tucumán,y en una fonda, ande vancantores de madrugada,me acerqué pa la payadaque siempre ha sido mi afán.Aunque extrañando la montame le apilé a un instrumento.
Y al cabo de algún momentole di puerta a una baguala,con una coplita ralade esas que llevan los vientos.
Tal vez fuera la guitarra.¡Tan lindo como sonaba!Mi corazón remontabatristezas de los caminos,y lo maldije al destinoque tantas penas me daba.Un hombre se me acercóy me dijo : ¿Qué hace acá?Viaje pa la gran ciudadque allí lo van a entender;áhi tendrá fama, placer y plata pa regalar.
¡Para qué lo habré escuchao!¡Si era la voz del mandinga!Buenos Aires, ciudá gringa,me tuvo muy apretao.
Tuitos se me hacían a un laocomo cuerpo a la jeringa.Y eso que no vine pobrepues traiba alpargatas nuevas.Las viejas pa cuando lluevaen la alforja las metí;un pantalón color grisy un saco tirando a leva.
Saltando de radio en radioanduve, figuresé.Cuatro meses me paséen partidas malogradas;naide aseguraba nada,y sin plata me quedé.
Vendí mis lindas alforjas.Mi guitarra, ¡la vendi!En mi pobreza, ay de mí,me hubiera gustao guardala.¡Tanto me ha costao comprarlaPero, en fin todo perdí!¡Vihuela, dónde andarás,qué manos te están tocando.
Noches enteras pensandosiquiera como consuelo,que sea un canto de este suelolo que te están arrancando...!Cuando el máiz está en barbecholuce un color brillantón;las hebras, como un nailónpresumen con sus lindezas.
Pero agachan la cabezasi las agarra el carbón.Igual me pasaba a míen aquellos tiempos idos;joven, fuerte, presumido,y cuando se acabó el queso,volví en un triste regresopoblada l'alma de olvidos.
Cosas de la juventud...¡Malhaya, dónde andarás!Aura que estoy batarazde tanto cambiar el pelo,recuerdo aquellos develospero no miro p'atras.
Me volví pal Tucumánnuevamente a padecer.Y en eso de andar y verse pasarán muchos añosentre penas, desengaños,esperanzas y placer.
Mas, no jué tiempo perdido,asegún lo ví después.
Porque supe bien como esla vida de los paisanos.
De todos me sentí hermano,del derecho y del revés.
Siempre recuerdo los tiemposen que guapiando pasé,los cerros que atravesébuscando lo que no hallaba,y hasta a veces me quedabapor esos campos de a pie.
La vida me fué enseñandolo que vale una guitarra;por ella anduve en las farrastal vez hecho un estropício,y casi me agarra el viciocon sus invisibles garras.
Menos mal que llevo adentrolo que la tierra me dio.Patria, raza o que sé yo,pero que me iba salvando,y así, seguí caminandopor los caminos de Dios.
La cosa estaba en pensarque al pulsar un instrumentohay que dar con sentimientotoda la fuerza camperapero nadie larga afuerasi no tiene nada adentro.
La guitarra es palo huecoy pa' tocar algo buenoel Hombre debe estar llenode claridades internaspa' sembrar coplas eternasla vida es un buen terreno.
Si el rezar brinda consueloal que consuelo precisa,igual que cristiano en misao matrero en medio 'el monte,yo rezo en los horizontescuando la tarde agoniza.
Queda callada la pampacuando se ausenta la luz,el chajá y el avestruzvan buscando la espesuray se agranda en la llanurala soledad del ombú.
Entonces, igual que un poncho,a uno lo envuelve la tierra,desde el llano hastta la sierrase va una sombra extendiendoy el alma va comprendiendolas cosas qu'el mundo encierra.
Ahi está el justo momentode pensar en el destino,si el Hombre es un peregrino,si busca amor o querenciao si cumple la sentenciade morir en los caminos.
En el norte vide cosasque ya nunca he de olvidar.
Yo vide gauchos peliarcon facones caroneroso con machetes cañerosque al verlos hacían temblar.Rara vez mata el paisanoporque ese instinto no tiene.
Al duelo criollo se avienepor no recular ni un tranco.Hace saber que no es mancoy en el peliar s'entretiene.No hay serrano sanguinarioni colla conversador,el mas capaz domadorjamás cuenta sus hazañasy no les tienta la cañaporque el tintillo es mejor.
Cada pago se aficionaa una forma de peliary aquel que quiera guapearantes tendrá que alvertirque para poder salirhay que aprender a dentrar.
Se agarran a puñetazosigual qu'en cualquier partepero es una cencia aparteusar los modos del pagoahi se pone fiero el tragocomo dijo Don Narvarte.Cordobés, pa' la pedrada,riojano p'al rebencazo,chileno p'al caballazo,salteño con daga en manoy es un rey el tucumanopa' peliar a cabezazos.
Siempre el criollo ha de peliarde noche y medio machao;es una pena cuñaoque a veces por una tunase nublen noches de lunay cielitos estrellaos.
Una cancion, sale fácilcuando uno quiere cantar,cuestión de ver y pensarsobre las cosas del mundo.Si el río es ancho y profundocruza quien sabe nadar.
Que otros canten alegríassi es que alegres han vivido,que yo también he sabidodormirme en esos engañospero han sido mas los añosde porrazos recibidos.
Nadie podrá señalarmeque canto por amargao,si he pasao lo que he pasaoquiero servir de alvertenciael rodar no será cenciapero tampoco es pecao.
Yo he caminao por el mundo,he cruzao tierras y maressin frontera que me parey en cualesquiera guaridayo he cantao Tierra queridatus dichas y tus pesares.
A veces cáiban al canto,como vacaje a la aguada,para escuchar mis versiadashombres de todos los vientostrenzando sus sentimientosal compás de una encordada.
Pobre de aquel que no sabe,del canto las hermosuras,la vida, la mas oscura,la que tiene mas quebrantoshallará siempre en el cantoconsuelo pa' su tristura.
Dicen que no tienen cantolos ríos que son profundosmas yo aprendí en este mundoqu'el que tiene mas honduracanta mejor por ser hondoy hace miel de su amargura.
Con los tumbos del caminos'entran a torcer las cargaspero es ley qu'en huella largadeberán acomodarsey aquel que llega a olvidarselas ha de pasar amargas.
Amigos, voy a dejar,está mi parte cumplidaen la forma preferidade una milonga pampeanacanté de manera llanaciertas cosas de mi vida.Ahura me voy, no se adonde,pa' mi todo rumbo es güeno,los campos, con ser ajenoslos cruzo de un galopito,guarida no necesitoyo se dormir al sereno.
Siempre hay alguna taperaen la falda de una sierra y mientras siga esta guerrade injusticias para mi,yo he de pensar desde allícanciones para mi tierra.
Y aunque me quiten la vidao engrillen mi libertáy aunque chamusquen quizámi guitarra en los fogones,han de vivir mis cancionesen l'alma de los demás.
No me nuembren qu'es pecaoy no comenten mis trinos,yo me voy con mi destinop'al lao donde el sol se pierde.
Talvez alguno se acuerdeque aquí cantó un argentino.
fin