¡VINO DE SANTA CRUZ, PAISANO!
Aunque había nacido en los pagos de Balcarce, Provincia de Buenos Aires el 25 de agosto de 1944, junto al neuquino Berbel fue el responsable de que la Patagonia tuviera por fin un canto criollo que la identificara.
Más allá de que desde siempre tuviera su canto aborigen y de que algunos cantores hubieran ensayado algunos balbuceos antes que don Marcelo y que el Hugo, esa inmensa zona de la Patria Grande Suramericana comenzó a identificarse musicalmente a partir de las creaciones de estos dos paisanos, que desde el miércoles 28 de septiembre de 2011 están otra vez compartiendo el mismo pago de desvelos y musicalidades. Antes fueron la estepa, las bardas, los cerros y valles, los vientos casi huracanados, la ceniza y las olas enormes del Atlántico.
Ahora el celeste profundo los tiene a los dos como sus merecidos habitantes. 
Y como la única muerte es el olvido, desde ahí nos siguen cantando y nosotros desde aquí los seguimos escuchando, admirando y celebrando.
Gracias al tresarroyense Héctor Esteban País por sus rimas.
                                                                                                                    Identidad Cultural. 
Se fue un querido cantor
                            amigo de sueños altos
                            supo escalar con su canto
                            de La  raíz a la flor
                            el viento tuvo el honor
                            de abrazar su cancionero
                            la nieve besó su cuero
                            en la cima del “Chaltén”
                            la Patagonia de pié
                            llora a Giménez Agüero
Amigo Hugo Giménez Agüero
  “ninguna tumba callará tu canto”
Héctor Esteban País  28 de Setiembre 2011
UN HIMNO POPULAR 
 
Chaltén (kaani) 
Madre roca, padre cielo 
tu llanto descansa al pie de los ventisqueros, 
y cada estrella se posa en tu cima blanca 
alumbrando el camino de los silencios. 
II 
Madre roca, padre cielo 
a veces me lleva el alba con un arreo, 
entonces mi piño(*) blanco trepa tu senda 
y mis ojos se quedan en tus misterios. 
ESTRIBILLO 
Cerro, cerro de mi Patagonia 
no sabes Chaltén cuánto te amo 
cuando se desploma la nevada 
y cantan los vientos en tus grietas, 
en el idioma puro... de mi raza: 
AHONIKÉN, CHALTÉN, AHONIKÉN, CHALTÉN. 
III 
Madre roca, padre cielo 
el Dios que adoró el tehuelche pintó un lucero, 
y yo que vivo en tu falda gastando tiempo 
te canto vadeando el río de los recuerdos. 
IV 
Madre roca, padre cielo 
hermano de mi vigilia quiero ser cerro, 
para ganarte en alturas de piedra eterna 
quedando siempre de pie sobre la tierra. 
ESTRIBILLO 
Letra y música: Hugo Giménez Agüero 

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